Cualquiera que acierte a recorrer la Ring Road entre Vik y Höfn durante un día despejado, creerá estar disfrutando de unas espléndidas vistas del extremo sur del Vatnajökull, el mayor glaciar de Islandia, cubriendo el horizonte hacia el norte. En realidad, pasará la mayor parte del tiempo contemplando el Öræfajökull, el glaciar que forma su parte meridional, desplomándose desde las cimas que rodean Hvannadalshnjúkur, el techo de la isla. Pero divisar las cumbres cubiertas de nieves perpetuas de la caldera del Öræfajökull, el mayor volcán activo de Islandia, no es tan sencillo como puede parecer. Tan solo lo he conseguido dos veces, ambas en invierno. Siempre que he atravesado la zona en verano, encontré sus alturas ocultas tras un denso manto de nubes.

La Ring Road al sur de Skaftafell

La Ring Road al sur de Skaftafell.

Recorría el sector meridional de la Ring Road en una jornada espléndida. Una magnífica muestra de la variabilidad del clima de Islandia. Dos días antes, el mal tiempo había obligado a cancelar el vuelo a Keflavik, dejándome varado por una noche en Schiphol. Al día siguiente, el corte de la Ring Road en Hellisheiði me obligó a dar un rodeo por Þrengslavegur. En mi segunda jornada en Islandia, las huellas del temporal seguían siendo evidentes, con el paisaje completamente cubierto por una inmaculada capa de nieve virgen. Pero el día era asombrosamente sereno, sin viento y con un sol que, lentamente, se iba adueñando de un cielo cada vez menos gris. Un perfecto día de invierno islandés, tan extraño como agradable.

El Svínafellsjökull desde la Ring Road

El Svínafellsjökull desde la Ring Road.

Pero continuaba teniendo imprevistos. Quería visitar nuevamente el Svínafellsjökull, la lengua más occidental del Öræfajökull y, en mi opinión, el glaciar más fotogénico de Islandia. No debo ser el único que tiene tan alto concepto del Svínafellsjökull. Encontré su acceso bloqueado por un 4×4. Según me dijo la persona que había en su interior, estaban rodando una película en la laguna frente al glaciar. Me tuve que conformar con hacer algunas fotografías desde la distancia. Una lástima, pues tanto la luz como las condiciones atmosféricas eran perfectas para mi plan inicial de volar el dron.

Llegando a Háalda

Llegando a Háalda.

Tuve más suerte en Háalda, un lugar que visitaba por primera vez. Háalda se originó en la erupción del Öræfajökull de 1727. Ésta generó un jökulhlaup, que descendió por el canal del río Kotá, superando los 220 metros de ancho y 20 de profundidad. Cuando llegó a la llanura costera, el agua se desparramó por ésta, dejando a su paso dos grandes bloques de hielo sobre el terreno, que tardarían años, o incluso décadas, en derretirse. Mientras tanto, se fueron hundiendo en el sedimento, a la vez que éste se acumulaba a su alrededor. Al fundirse totalmente, el hielo dejó las curiosas depresiones que podemos apreciar en la actualidad.

Al este del Öræfajökull

Al este del Öræfajökull.

Previamente, se había producido otra erupción, con su consiguiente jökulhlaup, en 1362. En aquella ocasión, parece que el agua descendió hacia el sureste, asolando el área entonces conocida como Litla – Hérađ, que contaba con 30 granjas y 17 iglesias. La zona quedaría despoblada durante siglos. En la actualidad es conocida como Öræfi, un antiguo vocablo islandés que se podría traducir como desierto o tierra deshabitada.

Depresión dejada por el jökulhlaup de 1727

Depresión dejada por el jökulhlaup de 1727.

Más allá de Háalda, la vista era magnífica. La altura de las escasas nubes permitía contemplar el paisaje en todo su esplendor. Hacia el oeste, estaba Hvannadalshnjúkur, cuyos 2.110 metros de altura lo convierten en el pico más alto de Islandia. Pero la vista realmente interesante estaba justo al frente, donde el Öræfajökull se desplomaba hacia la llanura costera en una serie de espectaculares cascadas de hielo, en las cuales la inmaculada superficie blanca del glaciar se rompía hasta revelar el hielo azulado de su interior.

Caos helado en el Öræfajökull

Caos helado en el Öræfajökull.

A su tremenda pendiente, superior a la de cualquier otro glaciar de Islandia, el Öræfajökull une la mayor cantidad de precipitaciones de la isla. Cada año, se acumulan 10 metros de nieve sobre sus laderas. El glaciar se entremezcla con el tortuoso relieve de la cara sur del volcán, para crear un auténtico caos de roca y hielo, como no se puede encontrar en otra parte de Islandia. Aquí no veremos largas lenguas glaciares, descendiendo lánguidamente desde las alturas, mientras zigzaguean entre las montañas.

Cerca de Fagurhólsmýri

Cerca de Fagurhólsmýri.

Tras visitar Háalda, continué avanzando hacia el este por la Ring Road, en el tramo que rodea los contrafuertes meridionales del Öræfajökull. La carretera estaba razonablemente limpia y apenas había tráfico. Conducir en esas condiciones era sumamente gratificante, pero aun no había terminado mi periplo en torno al glaciar.

Fjallsárlón y el Fjallsjökull

Fjallsárlón y el Fjallsjökull.

Mi último destino en sus inmediaciones era Fjallsjökull, su lengua más oriental. Encontré la carretera que lleva a las proximidades de Fjallsárlón, la laguna en la que desemboca el glaciar, en unas condiciones deplorables. Varios coches que aparentemente se habían empeñado en llegar hasta el fondo del aparcamiento, acabaron atascados en la nieve. Decidí ser más prudente y aparqué lo antes que me fue posible, aunque implicara dar un paseo más largo. En cualquier caso, tampoco pude llegar a la orilla de Fjallsárlón. La parte final del camino de acceso estaba completamente cubierta por una mezcla entre hielo y nieve encharcada, imposible de atravesar.

Sauðafell

Sauðafell.

Había visitado Fjallsárlón en el verano de 2020, en compañía de Olga, pero entonces un espeso manto de nubes bajas flotaba sobre el glaciar. Tan solo pudimos ver la parte inferior de su lengua, frente a la laguna. En cambio ahora, llegaba en un día asombrosamente despejado. La vista era nuevamente magnífica, con el monte Sauðafell, al sur del Fjallsjökull, iluminado por tibios rayos del sol. En cambio Fjallsárlón estaba completamente cubierta de hielo entre gris y azulado, creando un curioso contraste con la resplandeciente nieve.

Fjallsjökull y el Miðaftanstindur

Fjallsjökull y el Miðaftanstindur.

Pero una densa nube gris acechaba tras el Miðaftanstindur, al norte del glaciar. Era evidente que el tiempo estaba cambiando. Decidí dar por terminado mi periplo alrededor del Öræfajökull. Por si me quedaba alguna duda, mientras regresaba a la cercana Ring Road podía ver un profundo temporal invernal acercándose lentamente desde el sur. En su avance, parecía ir devorando las montañas al norte de Jökulsárlón, mi siguiente destino. Se avecinaban problemas.

Para ampliar la información:

En este mismo blog, mi anterior visita a Svínafellsjökull está en https://depuertoenpuerto.com/en-el-svinafellsjokull/. A Fjallsárlón en https://depuertoenpuerto.com/fjallsarlon/. Ambas realizadas en verano.

En inglés, el blog Passport & Pixels describe una excursión por el Svínafellsjökull: https://www.passportandpixels.com/glacier-hike-svinafellsjokull-glacier-iceland/.

La web de Einar Páll Svavarson tiene una galería fotográfica del Svínafellsjökull: https://photography-iceland.photo/svinafellsjokull-glacier-tongue.

En verano, es posible recorrer Fjallsárlón en zódiac. Se puede encontrar información en https://fjallsarlon.is.