Creo que cruzar el Océano Atlántico en barco es uno de los sueños de cualquier amante del mar. Al menos, era uno de los míos. Aunque parezca mentira en una época dominada por los viajes en avión, todavía es posible. A los clásicos viajes en el Queen Mary 2, se unen los de reposicionamiento de los barcos de crucero entre América y Europa. Por último, algunas navieras, principalmente Holland America Line, realizan viajes en verano entre el norte de Europa y Estados Unidos. Fue la opción que elegimos. En teoría no era un viaje barato, pero lo contratamos con casi un año de antelación a bordo de otro barco de Holland, durante un crucero por el Mediterráneo Oriental, por lo que conseguimos un precio y unas condiciones muy interesantes.

El itinerario, realizado entre Julio y Agosto de 2017, fue el siguiente:

En total, 25 días del mejor viaje que he realizado hasta ahora. Y, siendo sincero, creo que tengo muy complicado superarlo. Navegamos en el MS Rotterdam, un barco algo antiguo pero que me encantó, sobre todo por las posibilidades que ofrecía para disfrutar del mar y la navegación. Llegar a América en barco, sin jet-lag y perfectamente descansados, fue una experiencia maravillosa, que nos permitió disfrutar de la parte final del viaje. Algo que habría resultado complicado de haber viajado en avión. En resumen, un crucero muy interesante. Lo único que sentí fue no poder regresar también en barco.