Cualquiera que haya visitado Islandia y le pregunten por las maravillas geológicas que ha podido contemplar, probablemente nombrará unas cuantas, como HaukadalurÞingvellir o el reciente volcán de Geldingadalir. Si ha visitado el norte de la isla, quizá tambien conozca Hverir. Sin embargo, posiblemente no mencionará Leirhnjúkur, una de las zonas más fascinantes de Islandia que, pese a su cercanía a la Ring Road y el lago Mývatn, no suele recibir la atención que merece.

Cráter de Viti

Cráter Viti.

Quizá parte de la culpa la tenga el cercano cráter de Viti. Muchos turistas llegan hasta su orilla, contemplan sus aguas color turquesa y dan media vuelta. Nosotros también comenzamos allí nuestro recorrido por la zona, pero resultó ser la parte más decepcionante. El lago era sin duda hermoso, pero estaba rodeado de un auténtico barrizal. Apenas tuvimos que caminar una decena de metros para que nuestras suelas acumularan una cantidad asombrosa de barro, que hacía muy incómodo andar. Al final, renunciamos a nuestro plan inicial de recorrer el perímetro del cráter.

Llegando a Leirhnjúkur

Llegando a Leirhnjúkur.

El aparcamiento de Leirhnjúkur estaba apenas unos metros al suroeste. Desde allí, un amplio sendero salía hacia el noroeste, camino de las humeantes colinas de riolita que se elevan casi 50 metros sobre el terreno circundante y dan nombre a la zona. El lugar sin duda parecía interesante, pero desde luego no era rival para el cercano Hverir, con sus llamativas fumarolas y volcanes de lodo.

Laguna de aguas geotermales

Charca de aguas geotermales.

Puede que ese sea el segundo problema de Leirhnjúkur. Buena parte de los que continúan más allá del Viti, se limitan a llegar hasta las colinas de riolita y el mirador que domina su pequeña charca de aguas lechosas, sin seguir más allá de las pasarelas de madera que facilitan recorrer parcialmente la zona. Un lugar extraño y sugerente, pero que en Islandia no resulta excepcional.

Texturas en Leirhnjúkur

Texturas en Leirhnjúkur.

Una lástima, pues la parte realmente interesante de Leirhnjúkur está apenas unos metros más allá, en una ruta circular de aproximadamente 5 kilómetros que se adentra en los campos de lava. Al principio, la senda no parecía gran cosa. Ascendía zigzagueando entre extrañas formaciones, permitiendo apreciar las curiosas formas y texturas creadas por la lava al solidificarse.

Extraña neblina en Leirhnjúkur

Extraña neblina en Leirhnjúkur.

Según íbamos coronando el repecho, me llamó la atención una extraña neblina, que parecía aferrarse a las rocas de lava. Al observarla con detalle, pude apreciar que aquello no era niebla. En realidad, estaba viendo los vapores que seguía expulsando la colada, 36 años después de la última erupción del Krafla.

Colores en Leirhnjúkur

Colores en Leirhnjúkur.

La senda continuaba avanzando, adentrándose entre las humeantes rocas, conformando uno de los recorridos más asombrosos que he podido realizar. El paisaje era completamente irreal. Una vasta llanura de lava, en la que se mezclaban los colores más extraños. Entre el magma solidificado, destacaban algunas manchas amarillentas. Zonas de riolita que no habían sido cubiertas por la erupción. La única señal de vida era una ligera capa de musgo que, en algunos lugares, crecía precariamente sobre la oscura lava, tiñendo su superficie de extraños tonos verdosos. A lo lejos, alguna pequeña mancha de nieve salpicaba las montañas. Todo ello tamizado por los vapores gaseosos y bajo la tenue luz de un cielo plomizo. La escena era asombrosamente primigenia.

Al norte del Leirhnjúkur

Al norte del Leirhnjúkur.

Pero lo mas interesante era que la senda seguía internándose en el paisaje, remontando hasta las inmediaciones del Leirhnjúkur, que alcanza la cota de 592 metros de altitud. En las proximidades, un cono volcánico formaba un terreno tan caótico como cautivador, aunque apenas lo hicimos caso. La vista hacia el norte era irresistible. Un cráter, abierto hacia el mediodía, y lo que parecía ser una fisura humeante llamaron nuestra atención, empujándonos a desviarnos por una senda que se adentraba en la zona.

Lava expulsando gases

Lava expulsando gases.

Por puro azar y dejándonos llevar por el imponente entorno, acabamos completando la ruta circular que recorre Leirhnjúkur. Aunque, en realidad, describimos un gran 8, pues pasamos en dos ocasiones por el «atajo» que lleva desde la pequeña charca lechosa hasta las inmediaciones del cráter de Leirhnjúkur, por la falda septentrional de éste.

Leirhnjúkur desde el norte

Leirhnjúkur desde el norte.

El Krafla comenzó a expulsar lava en diciembre de 1975. A lo largo de casi nueve años hubo otras tantas erupciones consecutivas, creando un campo de lava de 36 kilómetros cuadrados. El episodio es conocido como los Fuegos del Krafla y está considerado como uno de los fenómenos volcánicos de mayor importancia en la época moderna de Islandia. Entre 1724 y 1729 se había dado un proceso muy similar, conocido como los Fuegos del Mývatn, con varias erupciones espaciadas dentro del periodo, seguido de una erupción aislada en 1746.

Grieta en la lava

Grieta en la lava.

Tras llegar al extremo septentrional del sendero, comenzamos el regreso por su lado oriental, prestando más atención a los distintos tipos de lava y a las profundas grietas que, ocasionalmente, se atravesaban en nuestro camino.

Lava pāhoehoe

Lava pāhoehoe.

Parte del camino parecía una tosca carretera, con su superficie rota en grandes placas. En realidad, caminábamos sobre una colada del tipo pāhoehoe, formada por lava más fluida de lo habitual. En nuestro recorrido, también pudimos ver vastas extensiones de lava ʻaʻā y otras zonas de pāhoehoe formando las características texturas de lava cordada.

En el borde de la colada

En el borde de la colada.

Poco después, pasamos junto a una de las colinas de riolita, en el borde mismo de la colada. De cerca, el contraste de colores era todavía más llamativo. Las altas temperaturas hacen que la riolita de Leirhnjúkur sea bastante porosa, por lo que absorbe con facilidad la humedad y, frecuentemente, acaba convirtiéndose en la pegajosa arcilla que se había adherido a nuestras botas en el cráter de Viti. Precisamente, en islandés, Leirhnjúkur significa colina de arcilla.

Cono junto al Leirhnjúkur

Cono junto al Leirhnjúkur.

Tras regresar junto a la charca de aguas blanquecinas, volvimos a tomar el camino ascendente, hacia el oeste. Esta vez, prestamos más atención al humeante cráter que se ubica justo al sur de Leirhnjúkur, donde la mezcla entre distintos tipos de lava creaba un escenario completamente caótico.

Lava alrededor de Leirhnjúkur

Lava alrededor de Leirhnjúkur.

Superado el cráter, iniciamos el camino hacia el sur, rumbo al aparcamiento, disfrutando de las vistas sobre la llanura, parcialmente cubierta por coladas de lava. En realidad, estábamos en el corazón de una gran caldera, que mide 8 kilómetros en sentido norte-sur y 10 entre sus extremos oriental y occidental. El perímetro del edificio volcánico es de unos 25 kilómetros. Pero, desde nuestra posición, fuimos incapaces de detectar los bordes de la caldera.

Desde la cima del Leirhnjúkur

Desde la cima del Leirhnjúkur.

Volvimos a intentarlo, sin éxito, desde un par de miradores, en lo más alto de Leirhnjúkur. En cambio, pudimos apreciar nuevamente el contraste de colores entre las diversas zonas, si cabe con más intensidad, pues el día iba mejorando lentamente, aumentando la luminosidad del paisaje.

Fisuras al sur de Leirhnjúkur

Fisuras al sur de Leirhnjúkur.

El volcán Krafla debe su origen a un sistema de fallas que atraviesa la zona de sur a norte. Con una longitud de 80 kilómetros y entre 4 y 10 de anchura, en realidad es una pequeña porción de la dorsal que recorre longitudinalmente el Océano Atlántico, partiendo Islandia en dos. El sistema supera el millar de fisuras, varias de las cuales se pueden apreciar perfectamente desde la senda, al sur de Leirhnjúkur. Aunque las más espectaculares parecen estar hacia el norte, más allá del límite de la colada.

Al sur de Leirhnjúkur

Al sur de Leirhnjúkur.

Sin contar nuestra breve visita al Viti, empleamos algo más de dos horas en recorrer Leirhnjúkur. Aunque completamos su principal ruta, el lugar habría merecido una estancia más prolongada. Pero teníamos por delante un día cargado de visitas y no queríamos comenzar la mañana retrasándonos. En cualquier caso, Leirhnjúkur fue, junto con Kerlingarfjöll, una de las sorpresas más agradables de nuestro periplo veraniego por Islandia. Llegamos pensando que visitaríamos un lugar interesante y nos encontramos con uno excepcional. Habrá que regresar.

Kröflustöð y el KMT.
Entre la Ring Road y Leirhnjúkur se encuentra Kröflustöð, la mayor planta de energía geotérmica de Islandia, con 33 pozos y una capacidad de generación de 60 MW. Curiosamente, su primera fase fue construida entre 1974 y 1977, coincidiendo con los Fuegos del Krafla. Entre 1984 y 1996 se amplió el número de pozos y se instaló una segunda turbina, dando a la planta su configuración actual.

Kröflustöð

Kröflustöð.

En 2009, mientras un equipo taladraba un pozo a más de 2.000 metros de profundidad buscando aguas geotermales, la broca dio con una cámara de magma. El resultado fue una explosión de gases y cristales y una tubería que, incapaz de soportar la temperatura del magma, acabó colapsando. Fruto de aquel susto, nació el proyecto KMT, siglas en inglés de Banco de pruebas de Magma del Krafla. La intención es volver a perforar la cámara, esta vez con el equipo adecuado, lo que permitiría estudiar directamente la frontera entre la corteza y el manto terrestre. Un proyecto pionero en el mundo que, además, puede acabar ampliando la capacidad de generación eléctrica de Kröflustöð.

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Para ampliar la información:
El blog Viajes de Ark tiene una entrada sobre la zona: http://viajesdeark.com/los-campos-de-lava-del-krafla/.

En AllTrails se puede encontrar un mapa del recorrido circular: https://www.alltrails.com/es/explore/trail/iceland/northeastern/leirhnjukur-lava-field?mobileMap=false&ref=sidebar-static-map.

En https://depuertoenpuerto.com/doce-dias-en-islandia/ se puede ver nuestro itinerario completo alrededor de Islandia durante el verano de 2020.

En inglés, Institute of Earth Siences tiene una entrada sobre las erupciones del Krafla: https://earthice.hi.is/krafla_eruption_history.

En Iceland For 91 Days describen una visita a la zona en invierno: https://iceland.for91days.com/the-lavafield-of-leirhnjukur/.

La web oficial del KMT está en https://www.kmt.is.

Sobre el mismo tema, también es interesante el artículo en Science: https://www.science.org/content/article/forget-oil-or-water-iceland-well-diggers-seek-tap-volcano-s-magma.