Existen dos barrios de Cannaregio, muy diferentes entre si. El más conocido, entre el Gran Canal y el eje que va desde Rio Terá Lista di Spagna hasta Strada Nova, es uno de los más transitados de Venecia. Lleno de locales de comida rápida, tiendas para turistas y quioscos de recuerdos baratos. Y de gente, yendo y viniendo entre la estación de Santa Lucía y San Marco. Una recopilación de todos los males de Venecia. El otro, más íntimo y auténtico, se encuentra tan solo unos metros al norte de esta arteria. Basta buscar cualquier callejón, entre una hamburguesería y una tienda de camisetas, y adentrarse sin miedo en el laberinto de callejuelas y canales que lo esconde. Encontraremos una Venecia distinta. Quizá no tan hermosa y monumental, pero más real. Y, sobre todo, mucho más tranquila.

Rio dei Gesuiti

Rio dei Gesuiti.

Llegamos a Venecia, desde la vecina Murano, a través de los muelles de Fondamente Nove. Tras pasar la tarde anterior en Torcello y Murano, el plan para el día era callejear por la ciudad, intentando evitar los lugares más concurridos, y regresar a Murano a la hora de cenar. Comenzamos a andar hacia el oeste, buscando la Salizada degli Spechieri, que nos llevaría a nuestro primer destino del día.

Santa María Asunta.

Santa María Asunta es una de las joyas ocultas de Venecia. Una iglesia que en muchos lugares sería un destacado monumento, aquí pasa desapercibida. Poder visitarla tranquilamente, en la ciudad que es el paradigma de la masificación turística, es una rareza que merece la pena aprovechar.

Nuestro siguiente objetivo era la iglesia de la Madonna dell’Orto, hacia el oeste. Fuimos zigzagueando, entre «fondamente«, puentes y calles. Dando algún que otro rodeo o entrando en callejones sin salida, hasta llegar a las inmediaciones del puente Chiodo, el último que queda en la ciudad sin barandillas. Un tipo de puente que fue muy habitual en Venecia, pero del que tan solo han sobrevivido dos ejemplos: éste y el conocido como del Diavolo, en Torcello.

Interior de la Scuola nuova di Santa Maria della Misericordia

Scuola Nuova di Santa Maria della Misericordia.

A continuación, hicimos una breve visita a la “Scuola nuova” de Santa María de la Misericordia, también conocida como Scuola Grande della Misericordia, un edificio construido durante el XVI por una de las influyentes cofradías de la ciudad. Fue convertido en cuartel en 1806, durante la ocupación napoleónica, un año antes de la disolución de las cofradías. Pasó luego por diversos usos: archivo, almacén y hasta cancha de baloncesto. Tras un primer intento fallido de restauración, en 1991, finalmente el edificio abrió de nuevo sus puertas en 2015, como un espacio dedicado al arte.

Campo de la Abadía de la Misericordia

Campo de la Abadía de la Misericordia.

Muy cerca, al otro lado del Río della Sensa está el campo de la Abadía de la Misericordia, un rincón tan tranquilo como hermoso. Flanqueado en dos lados por canales, sus otros dos costados corresponden a las fachadas de la iglesia de la Misericordia y de la «Scuola vecchia». Los orígenes de la iglesia se remontan al siglo X, aunque el edificio actual es del XIII y su frente barroco de 1659. En 1806 fue expoliada y convertida temporalmente en almacén militar. Definitivamente desconsagrada en 1973, actualmente se utiliza como espacio de exposiciones, fundamentalmente durante la Bienal de Venecia. El edificio de la «Scuola vecchia» fue construido en 1310 y ampliado en el siglo XV, dándole su aspecto actual. Con la excepción de los ornamentos de la fachada, hoy en el museo Victoria y Alberto de Londres. Tras la construcción de la “Scuola nuova”, el antiguo edificio fue utilizado, hasta 1806, por la próspera industria de la seda veneciana.

Fachada de la Madonna dell'Orto

Fachada de la Madonna dell’Orto.

Tras pasar bajo los soportales de la «Scuola vecchia» y entrar brevemente en la exposición de la fundación Will Motte, nuestro paseo nos llevó al campo Madonna dell’Orto. La iglesia, de mediados del siglo XIV, fue inicialmente consagrada a San Cristóbal, patrón de los viajeros y barqueros. Pero la estatua de una Virgen abandonada en un jardín cercano, a la que la población atribuía poderes milagrosos, hizo que el templo fuera pronto conocido con el nombre actual, oficializado en 1414. La iglesia fue reformada en 1399, pues presentaba problemas en su cimentación. La llamativa fachada de ladrillo fue completada en 1483, con la finalización del portal, obra de Bartolomeo Bon.

Interior de la Madonna dell'Orto

Interior de la Madonna dell’Orto.

La iglesia tiene una planta basilical en tres naves, sin transepto. Destaca el ábside pentagonal, decorado con obras de Pierto Ricchi, Palma el Joven y Tintoretto. Este último pasó gran parte de su vida en la cercana Fondamenta dei Mori, en una casa que todavía se conserva. A sus ocho cuadros del ábside se añaden otros dos, formando una magnífica muestra de la obra temprana del pintor. Es una pena que algunos de los más destacados, como los monumentales La adoración del becerro de oro y El juicio final, sufrieran restauraciones poco afortunadas. En cualquier caso la iglesia se ha convertido en un lugar de peregrinaje para todo aquel interesado en Tintoretto. Además de alojar diez de sus obras, en una capilla lateral, a la derecha del presbiterio, se encuentra la tumba del pintor, fallecido en 1594.

Fondamenta de la Sensa

Fondamenta de la Sensa.

Seguimos nuestro paseo con rumbo oeste, dirigiéndonos a la antigua judería de Venecia y, más concretamente, al Campo del Ghetto Novo. De nuevo zigzagueando, de la fondamenta Madonna dell’Orto a la calle Loredan. De ésta a la fondamenta de la Sensa, la calle de la Malvasia y la fondamenta de Ormesini. Al principio, las recorríamos completamente solos. Según nos acercábamos al puente del Gheto Novo, cada vez era más común cruzarse con transeúntes, así como encontrar algún que otro edificio reconvertido en hotel. Lentamente, nos acercábamos a la Venecia más turística.

Campo de Ghetto Novo

Campo de Ghetto Novo.

Finalmente, cruzamos el puente del Gheto Novo y llegamos al antiguo barrio judío de Venecia. Entramos por la amplia plaza del Campo de Ghetto Novo, donde aprovechamos para hacer una breve pausa y tomar un café. A pesar de que apenas quedan judíos en la zona, el barrio sigue manteniendo un carácter especial, con sinagogas, tiendas y museos dedicados a la comunidad hebrea.

El primer gueto.
La presencia hebrea en la ciudad es anterior al año mil, aunque no fue significativa hasta entrado el siglo XIV. En 1516 la república decretó que todos los judíos de Venecia debían vivir en la zona conocida como Getto, pues en ella se concentraban las fundiciones de la ciudad. En italiano, getto es el nombre de la pieza fundida, aún sin desbastar, que se obtiene tras extraer la colada del molde. El nombre derivó hacia Ghetto, que luego se extendió por toda Europa para denominar a los barrios ocupados por una etnia o grupo diferenciado.

Ghetto VecchioCon los años, la población hebrea fue aumentando, con aportaciones de toda Europa y el Mediterráneo, atraídas por la relativa tolerancia y las ventajas fiscales que ofrecía Venecia. Curiosamente, el gueto se organizó a su vez en áreas diferenciadas según el origen geográfico de sus pobladores. Los asquenazíes de Europa Central y Oriental se instalaron en el Gueto Nuevo, junto a los procedentes de Italia, aunque cada grupo tenía sus propias sinagogas y lugares de reunión. En el Gueto Viejo se instalaron los procedentes del Imperio Otomano, en torno a la Scola Levantina, y los sefardíes, junto a la Scola Spagnola.

La comunidad judía de Venecia comenzó a declinar a finales del XVII, cuando la república intentó solventar sus problemas financieros aumentando los impuestos e imponiendo más restricciones a sus miembros. La ocupación francesa en 1797 trajo consigo la igualdad de derechos y la posibilidad de vivir fuera del gueto, que aceleró su despoblación. En la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que los judíos venecianos sufrieron comparativamente menos que otros, más de doscientos acabaron sus días en los campos de concentración de la Alemania nazi. Actualmente, solo 30 de los 500 judíos que se calcula quedan en Venecia sigue viviendo en el antiguo gueto.

Ponte dei Tre Archi

Ponte dei Tre Archi.

Tras atravesar el Gueto Viejo, llegamos a la fondamenta de Cannaregio, junto al canal homónimo, muy cerca del puente de Guglie. En lugar de encaminarnos a éste, dimos un largo rodeo hacia el noroeste, para cruzar por el puente de los Tres Arcos, el único que queda en Venecia con esta disposición. El puente original, de 1503, fue reformado completamente en 1688, cuando adquirió su aspecto actual. Inicialmente habíamos pensado comer en ai Tre Archi, un restaurante del que teníamos muy buenas referencias. Pero habíamos desayunado mucho y algo tarde. A pesar de ser casi las dos, no teníamos apetito. Decidimos seguir nuestro camino por la orilla meridional del canal.

Fachada de San Geremia

Fachada de San Geremia.

En unos minutos estábamos en Campo San Geremia, donde nos dimos de bruces con el turismo masivo de Venecia. Era un encuentro esperado, tras varias horas paseando por calles generalmente solitarias. Lo cual no impidió que el contraste nos impactara. Buscando algo de tranquilidad, nos refugiamos en la iglesia que da nombre a la plaza. Un templo cuyo interior, a pesar de su popularidad por albergar los restos mortales de Santa Lucía, no tiene demasiado interés. El edificio actual es de 1753, con una fachada de 1861, mezclando elementos barrocos y neoclásicos. Más antiguo es su campanario de ladrillo, probablemente del siglo XII.

El Gran Canal desde el Puente de los Descalzos

El Gran Canal desde el Puente de los Descalzos.

Salimos de nuevo al exterior, esta vez más mentalizados, y atravesamos Rio Terá Lista di Spagna rumbo al puente de los Descalzos. La calle era un mar de cabezas, bordeado por dos hileras prácticamente continuas de tiendas. Postales, gafas de sol, paraguas o máscaras de carnaval se amontonaban en los expositores, que ocupaban parte de un espacio que hubiera servido para aliviar la aglomeración. Conseguimos llegar al principio de la calle, donde estaba instalado uno de los puntos de control de acceso a la ciudad. Íbamos en sentido salida, por lo que no tuvimos mayor problema. Pero lo atravesamos con cierta aprensión. ¿Nos pondrían algún impedimento al otro lado del puente, al intentar acceder a Santa Croce? Afortunadamente, no encontramos ningún problema y pudimos adentrarnos en la calle Longa, camino del «sestiere» de San Polo. Nuestro fugaz encuentro con el Cannaregio más turístico no hizo más que poner en valor el «otro» Cannaregio. Un barrio imprescindible para conocer el alma de Venecia.

Algunos vínculos útiles:
El blog Los Viajes de Carol tiene una entrada sobre Cannaregio: http://losviajesdecarol.com/2017/01/26/cannaregio-el-barrio-donde-viven-los-venecianos/.

También se puede visitar el blog Viajar: https://serviajero.blogspot.com/2019/04/venecia-cannaregio.html.

En Sitios Históricos se puede encontrar un largo e interesante artículo sobre el gueto de Venecia: https://sitioshistoricos.com/guia-para-descubrir-el-gueto-de-venecia-el-primer-guetto-de-la-historia/.

Rodando por el Mundo es otro blog con una buena entrada sobre el barrio: http://www.rodandoporelmundo.com/de-paseo-por-venecia-cannaregio-y-el-gueto-judio/.

La web de la Scuola Grande Della Misericordia está en https://www.misericordiadivenezia.it/es/.

En https://depuertoenpuerto.com/de-atenas-a-venecia/ se puede ver nuestro itinerario entre Atenas y Venecia.